sábado, 19 de junio de 2010

TECNOLOGÍA Y HUMANIDAD


Dicen que el ser humano es ambicioso. Yo creo que lo es, pues al sólo hecho de vivir subyace un deseo de obtener algo, de lograr algo, de ser alguien. Mi pregunta es cómo se califica eso de ser bueno o malo. ¿Es acaso una virtud o un defecto? La pregunta tiene sentido tomando en cuenta que sea cual sea la respuesta definitiva, ésta puede cambiarse.
A ver, digamos que es una virtud. Bueno, creo que no habría nada que cambiar, sólo que si usted no es muy ambicioso, pues no lo piense más y empiece a practicar a ver cómo se siente. Ahora digamos que ser ambicioso es un defecto. Entonces ha llegado el momento de modificar la conducta. Tarea difícil, especialmente si lo está descubriendo ahora, después de varios años de intensa práctica en el arte de la ambición. Quizás un psicólogo podría ayudarlo a cambiar este rasgo de su personalidad. Si esto es así me parece necesario cuestionarme el poder de los psicólogos frente a un mundo que está en la búsqueda de un cambio. ¿Tiene alguna duda?
Internet es un cambio bastante importante para el mundo contemporáneo. Nos dio el don de la inmediatez y de la omnipotencia. Y, de hecho, internet es sólo una evidencia muy precisa, pues la tecnología, como ámbito general, nos ha dado mucho más. El problema es que no todo lo que se puede se debe. Llevar a cabo todo lo que es posible por los recursos que tenemos es mucho más que ser ambicioso.
¿Quién decide lo que se puede y lo que no se puede? Pongamos el ejemplo concreto de las personas que quieren cambiarse el sexo, porque se sienten incómodos con el cuerpo que arbitrariamente la naturaleza y todas las variables asociadas les otorgó. ¿Es legítimo apoyar a estas personas en su deseo de cambiar su sexo? La verdad no quiero contestar esta pregunta, porque pasa por responder primero con la que inicié este párrafo.
No soy quién para decidir por otros, pues a duras penas decido por mí, pero no creo que esté bien eludir la responsabilidad que tengo de tener una postura, la cual no voy a establecer aquí, pues no es el objetivo. El objetivo es alertar a los futuros psicólogos, a los que ya lo son y a los que quieran serlo, pues los cambios que se están dando a nivel mundial hacen un llamado a cada uno de nosotros, quienes tendremos que hacer frente a muchas propuestas que podrían hacerse realidad por la tecnología con la que contamos, pero no por lo necesario, prudente o apropiado que sea. La neutralidad es una posición cómoda que en este momento parece ser la correcta, pero ante el avance imparable de lo que se puede debemos apresurar algo que regule lo que se debe.
Esto implicaría una inmensa responsabilidad, una gran capacidad de trabajo en equipo y un intenso deseo de hacer bien a la humanidad. No creo que lluevan los candidatos y, si así fuera, sería necesaria una selección dura, la cual permita identificar a los candidatos más idóneos. ¿Esto no suena un poco discriminatorio? Creo que muchas de nuestras conductas llevan de fondo la marca nazi, lo cual debe hacernos temer acerca de nuestro potencial como seres humanos, más que lo que podamos lograr a través de recursos tecnológicos. Sin ningún artefacto adicional podemos hacer mucho daño, con lo cual tenemos mucho que hacer al respecto, por el bien de la humanidad, por el bien de nuestra descendencia y de nosotros mismos. El arma más letal no es la más avanzada, sino la que reside en la Tierra desde hace millones de años, los habitantes aparentemente más des

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