martes, 30 de noviembre de 2010

Quizás tú también estás en el video




Como esta semana fue de videos y reflexiones sobre los mismos, me gustaría compartir con ustedes este. Aunque es un poco largo, es saludable aprender de la situación que plantea.
Es difícil asumir la responsabilidad de una situación irregular, y muchas veces nos escudamos en el típico “yo avisé”, “yo se lo dije al encargado”, “ese no es mi trabajo”, sin darnos cuenta que todo lo que nos rodea puede ser considerado un bien común y que cuando está en buenas condiciones nos beneficia, y cuando hay algún problema nos afecta. Escuché (o leí), de alguien que lamentablemente no logro recordar, una frase que decía algo como: cuando tu vecino tenga algún problema, prepárate porque pronto te tocará enfrentarlo a ti también. Yo creo que muchas veces los venezolanos nos escudamos en la “comunicación” y aunque sea cierto que se haya hecho un esfuerzo por “informar” sobre el asunto, no se trata de decir lo que está pasando y seguir con la vida, sino de resolver. Creo que el problema está en la restrictiva definición de comunicación que muchos tienen intuitivamente: comunicación es hablar. Y esto llama mucho la atención en pleno siglo XXI con tantas opciones para ejercer la comunicación, las cuales parece que no son percibidas como tales.
Ciertamente, muchas veces, por el fenómeno de habituación en la percepción, ver siempre lo mismo se vuelve tan rutinario que no nos damos cuenta que está en terrible estado. ¿Esto nos pasó y nos está pasando con la economía, la política y situación social en nuestro país?
En cualquier caso, después de ver este video, voy empezar a ser más consciente de cuántas veces hago algo similar: desde pasar al lado de un papel (u otro objeto) que está en el piso y no recogerlo hasta las situaciones más complejas y comprometedoras como ignorar que alguien se va cayendo o, como en el video, que algo puede desaparecer.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Asertividad por el bien de la humanidad

La respuesta asertiva debería venir en frascos con dosis altas. ¡Qué útil sería! La realidad es que no la venden y, por lo tanto, sólo queda aprender a aplicarla cuando sea necesario. Un reto más en relación con el ya complejo tema de la comunicación. Especialmente, ante un mundo tan diverso en el que frecuentemente la respuesta disfuncional es la más común, la que hemos naturalizado y asumimos como la respuesta ideal para la violencia que impregna muchas interacciones cotidianas, ante las cuales cualquier respuesta disfuncional parece inocente. Creo que tiene que ver con el lema de nuestra cultura: “ojo por ojo, diente por diente”. La respuesta disfuncional es violencia pasiva, una de las más peligrosas, porque pasa desapercibida. Las respuestas disfuncionales quedan “fuera de base” ante la asertividad, esta es como un escudo protector frente a las primeras. Las respuestas disfuncionales conducen a mensajes confusos, aumentan la incertidumbre y generan agresiones en el lenguaje (directa o indirectamente), mientras que la asertiva es la contraparte, en tanto busca apaciguar los conflictos.
El contexto en el que vivimos relativiza las acciones incorrectas. La respuesta asertiva me hace pensar en la famosa frase atribuida a Mafalda: “comienza tu día con una sonrisa, verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo.” Yo diría: “comienza tu día con una respuesta asertiva, verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo.” Es que la respuesta asertiva es tan poco común que el temerario que la emita generará sorpresa entre los presentes. No es que sea difícil lograr este tipo de comunicación, es que la falta de costumbre ha hecho que perdamos la capacidad de llevar a cabo la comunicación eficaz, la cual se logra cuando expresamos todos los tipos de respuesta en el contexto y lugar adecuado frente a la persona indicada.
Es difícil lograr la respuesta asertiva porque el contexto social, político, económico y cultural presenta situaciones bizarras que implican que personajes significativos utilicen una comunicación carente de respeto, tolerancia, adecuación y asertividad: el modelo a seguir no es positivo. Siempre hay que temer de posibles invasiones, pero especialmente cuando éstas implican la destrucción de los valores que generan bienestar en lo individual y lo colectivo. Ese escenario es al que nos enfrentamos cada día.
Un aspecto importante de la respuesta asertiva es su relación con el afecto, el cual intenta preservar aunque implique decir lo que no se quiere oír. La comunicación eficaz, que como ya se mencionó se relaciona con el uso de múltiples respuestas en lugares indicados, también implica la conexión emocional con quien se interactúa, pues es lo que facilitará comprender la necesidad del otro y lograr lo que se busca a través del intercambio comunicacional. Este aspecto emocional tiene vinculación con el respeto al describir la conducta de otro y, sin juicio moral, mostrar lo que una acción podría generar. Los conflictos son necesarios para la convivencia humana, pero sólo si de ellos se puede aprender. La respuesta asertiva no garantiza dicho aprendizaje, pero puede ser la evidencia de que en otras circunstancias la persona ha enfrentado problemas, en los que no utilizó la respuesta asertiva y de ellos aprendió a desenvolverse en situaciones similares. La importancia de la respuesta asertiva es percibida cuando se recibe, incluso más que cuando se emite, pues el efecto se genera en el otro, en quien busca alentar una discusión o conflicto. Pero esto dependerá de a quién se dirija, pues no todo el mundo sabrá interpretar una intervención asertiva, en la medida que una persona molesta, desesperada, irrespetuosa y dispuesta a generar problemas no aceptará lo que se le diga, aun cuando sea acertado.
La respuesta asertiva también implica una actitud, no sólo es el mensaje verbal, sino los elementos que la acompañan: tiene que resonar emocionalmente, ser coherente con la conducta de quien la expresa y ser congruente con el discurso previo.
Creo que los medios tecnológicos que tenemos actualmente facilitan la presencia de respuestas asertivas, ya que a pesar de reducir las “claves actitudinales”, dan tiempo para pensar lo que se va a expresar, tiempo que en las interacciones presenciales disminuye y hace más probable la impulsividad al contestar. El MSN, Facebook, Twitter y otros tantos ofrecen la posibilidad de postergar, por lo que aun cuando alguien tenga la tentación de responder de modo disfuncional, estas herramientas darán el tiempo de reflexionar y transformar lo inadaptado en asertivo. Pero quizás acostumbrarnos a esta prerrogativa nos ha hecho menos hábiles en la comunicación. Queda de parte de cada uno de nosotros poner en marcha los mecanismos que nos permitan ser mejores comunicadores, sin renunciar a las posibilidades que nos brinda este mundo rápido, tecnológico y decidido a comunicarse.

martes, 23 de noviembre de 2010

En su justa medida

                Semana a semana, a medida que voy siendo más consciente de cómo se desarrolla la comunicación en mi entorno, también voy entendiendo lo fácil que es caer en un extremo u otro de la comunicación. En estos extremos es donde se halla con más frecuencia la disfuncionalidad de la respuesta. Y, en general, en la vida todos los extremos conducen a caminos errados, aunque en principio esto no sea evidente. Creo que es más fácil dar respuestas disfuncionales que equilibradas, entendiendo por equilibradas, aquellas respuestas que se emiten en lugar y tiempo adecuados. La imagen que acompaña tiene que ver con la línea tenue que separa lo que está bien y lo que está mal en este tema de la comunicación, especialmente porque no es juzgada de la misma manera por diferentes personas, pero ante ese panorama diverso es que nos enfrentamos cuando nos comunicamos, o intentamos hacerlo. Algo tan cotidiano, y a la vez complejo y riesgoso.
La rapidez con la que vivimos incentiva escasamente la reflexión y la planificación de la conducta, en general, y de la comunicación en particular. Esa es una de las razones, por las cuales lograr eficacia en la comunicación es todo un reto, aún cuando existen múltiples medios disponibles para hacer uso de este recurso. Definitivamente, no es un asunto de inmediatez el de la comunicación, aunque sí ayuda mucho y cada vez más nos acostumbramos a que esa debe ser una de las características que debe poseer cualquier intento de transmitir mensajes. La comunicación eficaz, creo, debe ir acompañada de dosis importantes de muchos elementos en su justa medida: escucha activa, tolerancia, paralenguaje acorde con el lenguaje, autenticidad, ajuste al contexto, persona y tiempo… ¿Qué otro se les ocurre? La comunicación es caníbal, se alimenta de sí misma. 

lunes, 15 de noviembre de 2010

IMAGinando un mundo mejor

                Esta semana de compartir historietas me llevó a la reflexión de que estamos en una sociedad muy visual. La comunicación no ha deja de ser verbal, pero con mucha frecuencia necesitamos reforzar lo que decimos con la imagen que representa el mensaje. Lo curioso de las imágenes es que, muchas veces, son subjetivas y puede que no representen lo mismo para todos los que reciben el mensaje. Desde mi punto de vista, la comunicación se ha enriquecido con el recurso visual. Además, creo que en gran parte la necesidad de la imagen se ha expandido por la tecnología cada día más avanzada: buscadores potentes como Google, Youtube, páginas web dedicadas a imágenes únicamente, la facilidad para compartir fotos y videos a través de redes sociales y múltiples herramientas que de una manera rápida (e incluso inmediata) nos permiten expresar en un lenguaje, que sin ser universal, es comprensible para una población más amplia, sin las limitaciones del idioma, el analfabetismo o las excusas sobre “flojera o disgusto por la lectura”.
                La Psicología, desde hace mucho tiempo, se ha dedicado al estudio de dibujos y a partir de ellos obtiene gran cantidad de información, que al complementarse con otras fuentes deriva en conclusiones e intervenciones. De alguna forma, muchas personas hoy en día intentan hacer una labor similar. Con ello debe tenerse mucha precaución, pues requiere un estudio concienzudo y profundo. Por otra parte, el discurso verbal acompañado por lo visual adquiere una fuerza mayor. Es así como ahora es muy común ir a congresos, talleres o cursos en los que todos los ponentes preparan presentaciones en Power Point para exponer temas muy comunes o muy extraños, y mientras más novedosas, impactantes y/o explícitas sean las láminas más fácil será recordarla y hasta mejor evaluada podría llegar a ser. El riesgo de esto es que nos quedemos con la imagen, con lo “bonito” del mensaje y olvidemos la profundidad del mismo. Creo que es un riesgo que debemos correr, pues el mensaje se enriquece con la imagen, siempre que esté adecuadamente utilizada. Como en otras áreas de la vida, todo exceso sobra, pero todo estímulo bien ubicado y en coherencia con el contexto y el tiempo llega a ser un tesoro. La comunicación eficaz ha dejado de estar restringida a lo verbal, en la naturaleza del ser humano está la diversidad y la comunicación es solo un ejemplo de ello.

Sólo una semana y no me queda duda: comunicación eficaz

                Sólo ha sido necesario que transcurra una semana para REconocer (porque ya lo conocíamos) lo complicado que resulta comunicarse. Supongo que es porque es algo que vivimos diariamente y las consecuencias de los éxitos y fracasos en el proceso nos afectan de manera directa y (muchas veces) inmediata. Además, qué haríamos sin la comunicación. Este módulo me ha hecho reflexionar sobre ese punto en específico, concluyendo que los seres humanos siempre tenemos una manera de comunicarnos y, si no la tenemos, la buscamos, creamos, mejoramos y encontramos. Entonces fui al segundo punto que se me ocurrió, ¿qué hacemos sin un medio a través del cual comunicarnos (canal)?, ¿qué tal sin el celular o, mejor aún, sin el Blackberry? Personalmente, me cuesta mucho imaginar este escenario. Parece que hemos naturalizado mucho la inmediatez de la información y la posibilidad de compartirla con otros. Creo que esto es un aspecto positivo de la comunicación actual, tal como yo la percibo. Explico: estamos pendientes de los mensajes que nos llegan al teléfono, de los correos electrónico que recibimos, de los replies de Twitter y de las notificaciones de Facebook. Todo es interacción. Es verdad que las redes sociales han sido criticadas porque nos acostumbran a comunicarnos de modo virtual más que face to face (como dicen por ahí), pero también es cierto que nos han enseñado a comunicarnos de maneras diversas y cualitativamente diferentes. Todo el tiempo estamos expuestos a nuevos modos de comunicarnos y eso es enriquecedor. 

Lo más interesante (hasta ahora, por supuesto) es que a través de la red estamos aprendiendo sobre la comunicación que se da en todos los contextos. Muchas personas se basan en el argumento de que internet nos está quitando la vida, que pasamos más tiempo frente a la computadora que con la gente, pero esto sólo es así si nosotros lo permitimos. El mundo virtual tiene una oferta interesante, pero no es excluyente a lo que encontramos en el contexto 1.0. Por eso el ejemplo de esta semana de aprendizaje me parece interesante: patrones de respuesta (disfuncionales) que llevamos a cabo y observamos día a día en gente de verdad, no sólo en el foro en el que comentamos, o en las redes sociales que frecuentamos. Afortunadamente, la comunicación se ha ampliado y podemos sumergirnos en cualquiera de sus múltiples modalidades. Ojalá los seres humanos avanzáramos (se entiende que para mejor) a la par de la comunicación y la tecnología.